Capítulo 41.
El auto avanzaba en medio del silencio de la noche, mientras Jimin mantenía sus pensamientos al borde de explotar. Tras un día lleno de preguntas y pocas respuestas, se decidió a hablar.
—¿Hasta cuándo ibas a decirme que Hyuwon te amenazó con lastimar a Ayla? —dijo de repente, rompiendo la calma tensa.
Jungkook lo miró, sorprendido.
—¿Qué? —preguntó, sin saber cómo reaccionar.
—Después de ver las noticias quería hablar contigo y al llegar a tu oficina escuché la conversación que tuviste con Hyuwon —Jimin trató de contener el temblor en su voz—. ¿Por qué no me lo dijiste? No tenías derecho a ocultarme algo así.
Jungkook exhaló un suspiro, buscando las palabras adecuadas.
—Yo solo... quería protegerte. Protegerlos a ti y a Ayla. No quiero que Hyuwon los considere un blanco...
Jimin lo miró con incredulidad, sintiendo cómo la decepción y el enojo se entrelazaban en su interior.
—¿Protegerme? ¿Esconderme lo que ocurre es tu idea de protegerme? No soy ningún tonto, Jungkook, ni un inútil. Si la vida de Ayla estaba en peligro, tenía derecho a saberlo. Estoy en esto contigo, no puedes decidirlo todo tú solo.
Jungkook sintió una punzada de culpa, pero no pudo evitar defender su postura.
—Lo último que quiero es que te lastimen a ti o a Ayla. Hyuwon está dispuesto a todo y mientras menos sepas menos riesgo corres. ¿Qué tan difícil es entenderlo?
Jimin negó con la cabeza, y el dolor se hizo evidente en sus palabras.
—Difícil es aceptar que no confías en mí lo suficiente como para ser honesto. He pasado por mucho antes de conocerte, y sé el tipo de persona que es Hyuwon. Preferiría saber la verdad y ayudarte a enfrentarlo que estar al margen. ¿Cómo puedes pensar que dejarme a un lado es la mejor opción?
—No es por desconfianza, Jimin. Solo no quería darte otra razón para preocuparte.
Jimin apretó los puños, y su voz salió cargada de dolor.
—No quiero enterarme por accidente de lo que sucede, Jungkook, mucho menos quiero que me veas como una carga. Sé que puedo ayudarte de alguna forma.
Jungkook abrió la boca para responder, pero al ver la expresión de Jimin, decidió quedarse en silencio. El resto del trayecto se llenó de una tensión densa y opresiva. Al llegar a casa de Taehyung, donde estaba Ayla, Jimin soltó el cinturón de seguridad y abrió la puerta del auto.
—Regresa a casa solo. Hoy me quedaré aquí —dijo antes de bajarse sin darle la oportunidad a Jungkook de decirle algo.
Sin otra opción, el ojiverde suspiró y decidió respetar su decisión. Vio cómo Jimin se acercaba a la puerta de la casa de Taehyung, sin volver la vista atrás.
Mientras Jungkook arrancaba el auto y se alejaba, sintió una mezcla amarga de arrepentimiento y frustración. Por otro lado, Jimin se quedó en el umbral de la puerta, luchando con sus propios pensamientos.
✧✦✧
La oficina estaba en silencio, salvo por el sonido del teclado de la computadora de Hoseok mientras escribía. De repente, la puerta se abrió y Roseanne entró enojada sosteniendo el teléfono con fuerza.
—Estuviste bien en la conferencia, ahora sigue la otra parte de acuerdo al pl... —dejó de hablar al notar la expresión en el rostro de su compañera—. ¿Qué pasa? —preguntó, bajando las manos del teclado.
Roseanne lanzó su teléfono sobre el escritorio, sus ojos ardiendo de furia.
—Los dejaron libres.
—¿Qué? ¿A quiénes?
—A los sabuesos de Lucius —dijo ella, con la mandíbula tensa. Caminó de un lado a otro de la oficina, sus manos apretadas en puños—. Alguien movió hilos desde afuera antes de que pudiéramos obtener información de ellos.
Hoseok se quedó congelado por un segundo. La incredulidad lo golpeó con fuerza, pero rápidamente se convirtió en rabia. Se levantó de su silla bruscamente.
—¿Cómo es posible?
Roseanne lo miró con una mezcla de frustración y resignación.
—No tengo detalles aún —se detuvo un momento, respirando hondo.
Hoseok golpeó el escritorio con la palma de la mano, su rostro lleno de ira.
—Esto es una maldita broma, ¿verdad? ¡Teníamos todo preparado! Y ahora... ¿simplemente están libres?
Roseanne se perdió en sus propios pensamientos, tratando de comprender lo que había ocurrido y pensando en cómo debía actuar antes eso. Momentos después su teléfono vibró sobre el escritorio, lo tomó con enojó y contestó sin ver el número.
—¿Quién habla? —contestó molesta y en un tono alto, pero al escuchar la voz desde la otra línea su expresión se suavizó—. ¿Cómo así?
Hoseok se le quedó observando con incredulidad al ver que el enojo parecía haber desaparecido del rostro de su compañera.
✧✦✧
El señor Hongseok se había reunido en el despacho de Seojun, el abogado de la familia. Choi le había entregado una carpeta discreta, la cual ahora descansaba sobre la mesa entre ellos después de haberla examinado con cuidado.
Seojun, con un gesto serio y voz contenida, explicaba los detalles de unas transacciones que habían salido de las cuentas de Hyuwon y que terminaban en una cuenta bajo el nombre de un tercero, una identidad aparentemente inexistente que realmente pertenecía a Lucius Santana.
—Las transferencias comenzaron hace veinte años. La primera fue una suma considerable, aunque no escandalosa, pero suficiente para levantar sospechas. Después de eso, los montos fueron más pequeños, casi como si intentaran pasar desapercibidos. Pero las transacciones a esa cuenta fueron por un tiempo, luego ya no hubieron más transacciones —detuvo su explicación y miró a su amigo—. La cuestión es que, por más que investigué, no hay detalles específicos sobre la razón de la primera transacción. Simplemente aparece como un "pago de honorarios".
El señor Hongseok asintió, aunque su mente ya se encontraba un paso más allá, el documento que Jimin le había mostrado tiempo atrás, aquel en el que Hyuwon y Lucius habían firmado un acuerdo años atrás. En ese momento, no había podido entender bien de qué se trataba, ya que el texto era ambiguo y solo aludía a un trato entre ellos, sin detalles específicos. Sin embargo, ahora empezaba a encajar. ¿Y si esa primera transacción había sido el punto de partida de aquel acuerdo sellado entre Hyuwon y Lucius?
El silencio entre ambos hombres era denso. Seojun, comprendió que Hongseok estaba empezando a atar cabos y se inclinó un poco hacia adelante, como si quisiera confirmar las sospechas que cruzaban por la mente de su colega.
—Si piensas que esto y lo que venía en el documento que me diste tienen una conexión... —Hongseok lo miró—, es muy posible que así sea, las fechas concuerdan.
—Entonces esto es una prueba clara de la alianza que existe entre ellos.
—Así es, sin embargo no es suficiente prueba como para mandarlo a prisión.
—Lo sé.
El señor Hongseok sabía que era arriesgado, pero tenía que seguir investigando, aunque en el más absoluto secreto. Cuanto más profundizara en las conexiones entre Hyuwon y Lucius, más cerca estaría de exponer toda la verdad. Por ahora, esta información sería suficiente para dar el siguiente paso, sabiendo que tenía ser extremadamente cauteloso. Un solo error y Hyuwon no dudaría en hacerle pagar a Jungkook las consecuencias.
✧✦✧
El bar clandestino de Lucius, escondido en un callejón trasero y solo accesible para sus contactos más cercanos, estaba casi vacío a esa hora de la noche. La tenue luz roja de las lámparas colgantes iluminaba las botellas de licor en el estante detrás de la barra, y el suave jazz de fondo creaba una atmósfera cautivadora. Lucius estaba tras la barra, sirviéndose un whisky cuando la puerta se abrió silenciosamente.
Hyuwon entró con pasos decididos, su mirada recorriendo el lugar hasta llegar delante de Lucius. Sin perder tiempo, tomó asiento en uno de los taburetes frente a él.
—Inesperada visita.
—Necesito que hagas algo por mí —dijo Hyuwon sin rodeos, inclinándose levemente hacia él.
Lucius le devolvió la mirada con una mezcla de desdén y curiosidad, levantando su vaso con lentitud.
—¿Qué necesitas? —respondió, bebiendo un sorbo de whisky antes de observarlo con una sonrisa torcida.
Hyuwon mantuvo su expresión seria.
—Necesito que mates a mi sobrino. Me está causando demasiados problemas, y ya es hora de sacarlo de mi camino.
Lucius rió suavemente y apoyó su vaso en la barra, inclinándose hacia adelante.
—¿Quieres que me ocupe de Jeon? ¿Y exactamente cómo planeas que lo haga cuando, gracias a ti, tengo a la policía respirándome en la nuca? Me culpan por algo que hiciste tú, mi querido amigo.
—Lo que dijo esa detective no tiene fundamentos, sinceramente no entiendo como llegó a esa conclusión. Pero te aseguro que la policía te dejará en paz.
Hyuwon mantuvo la compostura ante la mirada despectiva de Lucius, sacó un sobre abultado y colocándolo sobre la barra frente a Lucius dijo:
—Ese es solo una pequeña parte del pago total.
Lucius observó el sobre por un instante, tentado, pero también escéptico. Sabía que Hyuwon no se movía a menos que realmente estuviera desesperado. Tomó el sobre y lo abrió, observando los billetes.
—¿Y qué pasa si digo que no? —preguntó con una sonrisa, midiendo la reacción de Hyuwon.
Hyuwon sostuvo su mirada, sin dejarse intimidar.
—Eres un hombre de negocios, Lucius. Esto es solo una transacción para ti, y sabes bien que el riesgo vale la recompensa. Además —añadió con un tono suave, pero amenazante—, dudo que quieras perder mi favor en estos tiempos tan delicados.
Pese a que la influencia de Hyuwon podría serle útil en esos momentos, la verdad era que no podía arriesgarse. Si realizaba un trabajo así le resultaría en contra, su teléfono vibró y observó el mensaje que había recibido, aquel mensaje le confirmaba que el trabajo estaba hecho, Mark y Eril ya estaban muertos.
—Lo siento Hyuwon, por el momento no puedo hacer lo que me pides —dijo antes de dejar nuevamente el móvil sobre la superficie de la barra—. Es arriesgado para mí.
—Está bien —respondió antes de beber del vaso que Lucius le había servido hace rato—. Supongo que tendré que buscar otra alternativa.
—¿Cuál?
Hyuwon esbozó una sonrisa.
—Buscar a alguien más que lo haga.
Lucius se rió y negó con la cabeza.
—Sí que quieres desaparecer a tu sobrino.
—Por supuesto, es un estorbo.
✧✦✧
Unos días después...
La reunión había comenzado hace pocos minutos, y la tensión en la sala era palpable. Jimin y Jungkook estaban sentados en lados opuestos de la mesa de conferencias, y, aunque ambos hablaban con profesionalismo, la distancia entre ellos era innegable. Jimin mantenía la mirada baja, revisando unos papeles, mientras Jungkook, serio y pensativo, dirigía la junta sin hacer contacto visual con él.
Seokjin y Cindy intercambiaron miradas preocupadas, al igual que Kevin, quien no pudo evitar notar la frialdad inusual entre los dos. La reunión continuó, y cada tanto Jungkook lanzaba una mirada breve hacia Jimin, esperando quizás una señal de reconciliación, pero Jimin mantenía su atención en los documentos sin darle ninguna atención adicional.
Cuando la junta terminó, los empleados empezaron a salir de la sala. Cindy y Jade se acercaron a Jimin en el pasillo.
—¿Qué está pasando entre tú y el jefe? —preguntó Jade con tono de preocupación—. No es normal verlos así, apenas se dirigen la palabra.
Jimin suspiró y se encogió de hombros, tratando de disimular.
—No pasa nada, se los aseguro.
Cindy frunció el ceño, cruzándose de brazos.
—Jimin, sabemos que eso no es cierto. Han pasado ya varios días desde que todo cambió entre ustedes. Es evidente que hay algo más, y, si no nos quieres decir, al menos dinos que estás bien.
El ojiazul titubeó, pero al ver la genuina preocupación de sus amigos, su expresión se suavizó un poco.
—Aprecio su preocupación, en serio, pero estoy bien —dijo, intentando convencerse a sí mismo.
Jade intercambió una mirada Cindy y luego le dio una palmada en el hombro a Jimin.
—Está bien, solo... no dejen que esto se alargue demasiado. Te ves afectado, aunque digas que estás bien.
Jimin asintió levemente, aunque su mirada reflejaba una mezcla de frustración y tristeza.
✧✦✧
Jungkook permanecía en la sala de juntas, acomodando algunas carpetas, Seokjin, Cindy y Kevin optaron por quedarse también fingiendo que guardando sus respectivas cosas. Los tres se dieron una mirada y asintieron antes de Seokjin decidiera hablar.
—¿Jungkook, ¿qué está pasando con Jimin? —preguntó directo, con una mirada que reflejaba genuino interés.
Jungkook volteó a verlo.
—No es nada, Seokjin. Ya se solucionará.
Kevin negó con la cabeza, incrédulo.
—Nunca los he visto así. Incluso en la reunión, parecía que había una pared entre ustedes dos. Noté que querías hablarle, pero al mismo tiempo retrocedías.
Jungkook se quedó en silencio unos segundos, pensativo.
—Jimin está... molesto conmigo. Y lo entiendo, tiene sus razones. Solo no quiero presionarlo, prefiero darle su espacio.
Cindy suspiró y le dio una mirada de ánimo.
—Tal vez él esté esperando que hagas el primer movimiento, Jungkook. A veces, el tiempo solo agrava las cosas. ¿Por qué no intentas arreglar las cosas con él?
Jungkook asintió, agradecido por las palabras de sus amigos, pero todavía algo indeciso.
—Lo sé, Cindy, pero quiero que él también vea que respeto sus emociones. No quiero que sienta que lo presiono, pero... —suspiró—, estar distanciados es tan difícil.
Seokjin le puso una mano en el hombro, transmitiéndole apoyo.
—Entonces dale su espacio, pero no pierdas la oportunidad de hablar con él cuando sientas que está listo. Quizás solo necesite un poco de tiempo y después puedan resolverlo.
Más tarde, al final del día, los chicos estaban en la recepción junto a Hyunah, todos notaron que Jimin salió antes de la hora habitual, y observaron que Jungkook lo hizo también, en silencio y sin intercambiar palabra alguna con Jimin. El saber que incluso se iban en autos separados no hizo más que confirmar sus sospechas de que había ocurrido entre ellos posiblemente era algo importante como para mantenerse alejados todos esos días.
✧✦✧
La bodega estaba en penumbras, y el ambiente pesado reflejaba el destino incierto de los dos hombres encapuchados, Mark y Eril, quienes permanecían atados y vigilados. Apenas podían procesar el giro de eventos que los había llevado de las manos de la policía a las manos de Hyuwon.
La puerta chirrió y Hyuwon entró, su rostro impasible y su mirada fija en ellos. Dio un par de pasos en silencio, encendió un cigarro y los miró con una mezcla de desprecio y oportunidad.
—Estoy dispuesto a ofrecerles una salida... si cooperan conmigo, pero no quieren hacerlo.
Durante esos días los había torturado y golpeado de varias formas con la intención de hacerlos hablar, pero los sabuesos se negaban, no querían traicionar a su jefe pese a que Hyuwon les decía que Lucius los hubiera matado de no ser porque él lo sacó antes de que eso ocurriera.
Mark y Eril intercambiaron miradas nerviosas y cansadas, apenas podían moverse.
Eril, con voz temblorosa y débil se atrevió a preguntar.
—¿Qué... Qué es lo que quieres realmente?
—Información, ya se los dije —respondió Hyuwon fríamente, exhalando el humo con indiferencia—. Detalles sobre los contactos de Lucius, sus operaciones clandestinas, cada trato y cada debilidad. Quiero que me cuenten todo lo que saben, y yo los dejaré seguir respirando.
Mark y Eril se miraron entre sí, tenían pocas alternativas si querían seguir viviendo, su jefe parecía no buscarlos y empezaban a creer que Hyuwon decía la verdad, tras un rato en completo silencio y debatiéndose mentalmente en que hacer Eril asintió finalmente, luego Mark dijo:
—Está bien, te diré lo que sé, pero debes prometer que nos dejarás vivir.
—Por supuesto que sí, es una promesa.
Ambos hombres comenzaron a hablar, revelando información de Lucius, lo que sabían y cada estrategia, contacto y negocio oculto. Cuando terminaron, se miraron con alivio, pensando que podrían salir de allí con vida.
—Una cosa más —dijo Hyuwon—. ¿Hay algún documento en especial que Lucius guarda cuidadosamente?
—Sí, no sabemos qué es, pero en una carpeta negra donde mantiene varios papeles que nunca dejó que viéramos —dijo Eril, y Mark asintió con la cabeza confirmando lo que decía.
"Es del trato que hicimos, no tengo duda" pensó, pues recordaba muy bien como había sido la carpeta que Lucius le dio aquel día para que firmara el documento donde contrataba sus servicios para desaparecer a su hermano Juwon.
—¿Dónde lo guarda?
—En una gaveta de su escritorio en la parte de abajo.
Hyuwon asintió, satisfecho. Apagó el cigarro con calma y, acercándose a Mark y Eril, sonrió, pero esta vez su mirada tenía un brillo de amenaza.
—Gracias por la información —dijo tranquilamente.
Con una señal a sus hombres, Mark y Eril fueron forzados a ponerse de pie y llevados fuera de la bodega, sus protestas ahogadas por la fuerza de los matones. Hyuwon los siguió, observando con indiferencia mientras los metían en una camioneta que arrancó rumbo al río más cercano.
Más tarde Hyuwon veía desde fuera del auto como sus hombres arrojaban los cuerpos de Mark y Eril al agua, ellos aún seguían vivos, pero no por mucho tiempo. Con una última sonrisa hacia el rió, Hyuwon subió a su auto y se alejó de ahí junto con sus matones.
✧✦✧
Jungkook entró al estacionamiento del edificio, sintiendo la tensión del día acumulada en sus hombros. Mientras caminaba hacia el elevador, revisaba su teléfono, leyendo el mensaje de Seokjin, quien le había escrito con insistencia.
Seokjin:
Iré a verte, hace mucho que no vemos una serie juntos.
Es más, ya voy para allá con cervezas y pollito frito.
Llegaré pronto así que no te duermas y si te duermes igual te despierto.
Jungkook rodó los ojos respondiendo con un: "Estoy cansado, mejor otro día", aunque sabía que Seokjin no le haría caso.
Seokjin:
¡No te escucho, ya no tengo señal!
Jungkook negó con la cabeza y una leve sonrisa se le dibujó en los labios. Él sin saberlo, una figura en las sombras lo observaba desde detrás de una de las columnas, siguiendo cada uno de sus movimientos.
Jungkook subió al elevador, y el hombre vestido de negro con una gorra negra en la cabeza, esperó unos instantes antes de subir al siguiente, manteniendo su distancia.
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